Nunca Más

Un nuevo aniversario ha llegado del último golpe militar del siglo XX en Argentina. Cada año es una nueva oportunidad de recordar y poner en el plano de lo real las ideas que buscamos mejoren el panorama político y social de nuestro entorno inmediato. Lo coloco ahí porque claramente nuestro espacio es limitado pero es constante en la medida que nuestras acciones continúen.
He recibido varias invitaciones a marchar y hacer público el rechazo a que se vuelva a repetir, algo que claramente ya se ha institucionalizado y ahora resta hacerlo parte de nuestra vida cotidiana más que una fecha particular al año o, incluso, hablarlo constantemente como si uno resultara un mártir de aquella época. Claramente yo soy un hijo de la democracia y carezco de conocimiento de esas épocas excepto a través de la transmisión oral y escrita de esa marca.
Hoy me quiero llamar a reflexión y la verdad me hizo acordar a un pasaje del Nuevo Testamento donde pide rezar en privado, honrar a Dios de esa manera; en público recibiremos compensación. Lejos estoy de ser un buen católico o cristiano en las tradiciones trinitarias, pero tal pasaje es análogo a lo que mi familia y su entorno realizan cada año y se refleja en sus acciones cotidianas. En cambio, veo a muchos jóvenes y personas de mi edad gritar con aires revolucionarios al respecto.
El relato de los que padecieron tales épocas está signado por el silencio y el murmullo, no por miedo sino por respeto a quienes no tuvieron su misma suerte. Se los recuerda y se busca, de alguna manera, redimirse diariamente por haber tenido la fortuna de seguir viviendo. Transmiten los valores y la fuerza a las generaciones posteriores. Un apostolado, sin querer sonar repetitivo. 
Es un gran punto en común, sus palabras, y acciones, casi silenciosas mantienen un eco que da forma a los ideales de hace cuarenta años. Y no hablo de gente poniendo bombas, cargando armas o asesinando sino de aquellos que lucharon por la dignidad de sus pares. 
Cierro esta reflexión con muchas aristas por trabajar; y especialmente con la imagen de un sacerdote que dedicó su vida a los más humildes y, que por esa misma tierra que llamamos suciedad, fue resguardado de ser encontrado por las Fuerzas Militares. Como si lo que hacemos en privado se recompensa en lo público...



Entradas populares