La Alquimia Interior

 “Todos cargamos con una sombra, y cuanto menos integrada en el consciente de uno, más oscura y densa es.” - Carl Jung



Me crié en un hogar violento, reflejé esa violencia e intolerancia en mi entorno. Fui dándome cuenta de mis arrebatos lentamente a lo largo de mi vida. Uno de los momentos más reveladores fue negar vivir de esa manera y caer en cuenta que es una constante que se hace presente en mayor o menor medida cada día, pero está y tiene consecuencias.

En la peregrinación diaria al trabajo he tenido incontables pruebas para probar mi tolerancia como también mis elecciones. Desde quién hace el manspreading, fumar donde no debe a quien busca sacar ventaja simbólica vaya uno a saber por qué.

Y en más de un momento el cocoreo llega y las culpas todavía no se reparten.  Sea que haya una pelea o no, los sentimientos afluyen pero predominan el miedo y la ansiedad, las consecuencias estarán aunque no me gusten. Civilización y barbarie, no hay una sin la otra. Quiero regresar a mi hogar, tener un poco de sosiego. 

Sólo pienso en llegar a Pasos Perdidos, reconfirmar la concordia con mis amigos y seres queridos para arribar a la Hora Sagrada, donde mi sombra no está, vuelve a mí y tengo la extraña oportunidad de estar íntegro y de ser un poco más yo. Mientras camino, el damero y el zodíaco me orientan, tengo la oportunidad de verme fragmentado nuevamente. La luz me muestra la oportunidad de rectitud. Ahí donde veía algo retorcido ahora veo que soy yo, donde era ruido ahora es un diálogo vivo nuevamente, y ya no adeudado. 





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